¡Amor y chocolate...aahhh! |
Y para las chicas que se quedaron suspirando en espera de su novio asiático, les tengo las historias de las parejas que conocí en Corea.
NOTA: Son situaciones reales. Románticas, ¡claro que sí!, pero lejos de fantasías televisivas, y marañas publicitarias.
Como mencioné en la edición anterior, mi estadía en Corea fue con anfitriones de Air BnB. Y tuve la dicha de que las tres jóvenes parejas estan interesadas en la interculturalidad, y también abrieron sus corazones sobre su vida y su amor en Corea.
La primera pareja anfitriona: la artística: él es maestro de música (varios años mayor), ella es pintora y escritora. De primera intención, eran formales y pausados. La joven esposa pidió permiso para unirse a la conversación, y el esposo la invita amorosamente señalándole a sentarse junto a mí. En ese momento comenzó mi aventura en Corea, entre "viejos amigos".
Contaron sobre sus estudios universitarios en Inglaterra, y la experiencia de vivir entre anglosajones. Una influencia que aún perdura en sus vidas. Dicen que los anglos los ignoraban hasta que supieron de sus talentos artísticos. Al esposo -quien es pianista- comenzaron a lloverle pedidos para dar clases a niños de familias adineradas. Entrando así, al núcleo de alta sociedad inglesa.
La pareja artística: matrimonio secreto |
Al llegar mi turno para contar lo mío...me invitaron a caminar por la silenciosa vecindad de complejos de apartmentos en Incheon (a la venta a precios bajísimo pero que quieren mantener en secreto). Entusiasmados preguntaban sobre mi vida en el Caribe, en E.E.U.U., y sobre todo: ¡que me llevó hasta allá! ¿y saben qué? La fascinación cultural es mutua.
Tomamos cerveza corena, y luego un delicioso té -cultivado por un amigo monje-, confiesan: ¡se casaron en secreto! Y si las familias se enteran, ¡están fritos! Apesar de que la convivencia es aceptada, el matrimonio es un asunto bastante serio...y es asunto de todos. En especial para la hermana mayor, ya que esta unni aún es soltera. Según manda la costumbre, unni debe de casarse antes que sus hermanas menores.
Seriamente, explicaron que las familias necesitan tiempo para reunir dinero y aportar para la estabilidad de la pareja. Les pareció comico ver mi cara de incrédula; ¡me pareciá estar escuchando un dorama!
Es admirable la sutil firmeza de esta pareja. Fieles a su promesa de no revelar su matrimonio (¡fui su excepción por que no le diría a nadie!), convencidos que el paso del tiempo es su mejor aliado...eventualmente, las familias entenderán, y terminarán aceptando su decisión. Después de todo, lo mas importante es que son felices, y estables.Y son tremendos anfitriones.
En la próxima edición les cuento de la segunda pareja: la interracial..¡chulísima!