"Tengo mucho que agradecer" |
¡Fácil!
Comienzo con la salud de mi familia. Ver a mis hijos adultos, planificando sus propias familias; forjando sus sueños, y a mi pequeña hija siguiendo sus pasos. Tuvimos altas y bajas, pero en general todos gozamos de buena salud.
Sigo con las oportunidades de viajar, conocer diversidad de personas, y escribir. Es una bendición poder realizarlas aunque sea un poquito.
Sin olvidar que los contratiempos son bendiciónes disfrazadas. Como lo es en mi caso, el tiempo perdido en trabajos de oficina. La lucha diaria de exprimir literatura a fríos contratos, y regulaciones estériles. A veces siento ahogarme en el desabrido vocabulario de negocios. Lucha obligada por los compromisos económicos... mas sigo contando mis bendiciones: tengo empleo, y valoro mucho mi tiempo.
Por eso las entradas aqui son breves. Les pido que perdonen lo poco, pero saben que este es mi pequeño oasis asiático. Y sus visitas son lo que lo mantienen vivo. ¡Gracias a ustedes, mis super latinas por su apoyo!
Breve también fue mi oportunidad de viaje. Pero asistir a la conferencia de escritores latinoamericanos en New York, fue una experiencia única. Conocí escritores y editores latinos, y compartí las luchas de los principiantes (¡si hasta en la escritura las primerizas sufrimos muchísimo!). Vi como las conversaciones sobre nuestros personajes toman vida, y hablamos como si fueran nuestros parientes, vecinos, o conocidos... ¡Llegué al mundo que pertenezo!: el mundo literario donde lo imaginario se vuelve real (lean mas abajo un testimonio de esto).
Otra cosa que agradezo es aprender nuevos idiomas. Si, lo mismo que les predico a ustedes, me lo aplico. Este año tomé clases de chino. La lección mas importante fue la de perderle el miedo, y ver que no es tan difícil. No lo entiendo del todo, pero le saco palabritas.
¡No necesito pavo! |
¡Si, el producto de mi imaginación en vida real! Un hombre entrando a sus treinta, hijo de una coreana y un anglosajón (bueno el mío es mezclado con boricua). Con un atractivo natural que ni la profesora resistió la tentación de darle su piropo...
Les aclaro que no son atributos comúnes. La probablidad de encontrarse alguien así caminando por ahí es poca. Y no tan sólo su físico, pero su personalidad era igual a la que escribí: atento, sensible, y amistoso. ¡¿A cuantos escritores les ha sucedido esto?! Quizás sea suerte de principiante...¡no se! Sólo se que es una experiencia extraordinaria. Me sentía tan orgullosa como su madre coreana. Y delirante de felicidad de ver que mis personajes existen, ¡y son exquisitos!
¿Ven, que no necesito pavo? Tengo mucho mas que agradecer: familia y amistades en buena salud, lectoras que apoyan mi blog, y personajes que saltan a la vida real.
¡Felíz Dia de Acción de Gracias!
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